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Fortaleza mental: ¿qué es y cómo trabajarla?
Creo que hay un punto clave que en muchas ocasiones se nos escapa, o que pasa desapercibido. Un aspecto al que no le prestamos la suficiente atención cuando en realidad es de suma importancia: nuestra fortaleza mental.
Cuando observamos o hablamos de alguien que ha logrado algo importante, que conoce lo que es el éxito, en ocasiones todo se centra en lo conseguido; en los brillantes resultados. Sin embargo, hay algo sobre lo que deberíamos profundizar más y preguntarnos: ¿cuál ha sido el estado mental de esas personas? ¿Cuáles han sido los miedos, las dudas y los retos emocionales superados para obtener esos resultados? Lo cierto es que nuestra fortaleza mental determina la calidad de nuestras emociones, de nuestras decisiones y acciones.
1. ¿CUÁL ES EL COSTE DE NO TRABAJAR NUESTRA FORTALEZA MENTAL?
Si pudiésemos medir cuál es el coste de la falta de control sobre nuestros estados mentales y emocionales, lo que podríamos llegar a perder en todos los aspectos (tanto en términos económicos como de tiempo, productividad, salud y energía) la cifra sería realmente escandalosa. Sólo hace falta ver la incidencia que cada vez más tienen los ataques de ansiedad y la depresión en nuestra sociedad.

La fortaleza mental está unida al liderazgo, algo que a alguno le puede sorprender. Pero cuando hablamos de liderazgo, la esencia de un líder se mide por su capacidad de influencia. Si no puedes influir, no puedes liderar. Y lo más importante que debes recordar: la primera y más importante persona en la que debemos influir es en nosotros mismos.
La cuestión es que por momentos todos perdemos el enfoque de lo importante. La atención se desvía y se centra en los problemas, en lo que no funciona y entramos en estados mentales negativos y pesimistas. El poder del pensamiento es clave para no perder la visión de los objetivos y que, lamentablemente, le sucede a mucha gente. Por no hablar, por supuesto, de la importancia de nuestra inteligencia emocional o del nocivo hábito de procrastinar.
La gran diferencia está en cuánto tiempo permanecemos en ese estado mental, cuánto tiempo dejamos que los problemas nos afecten, cuánto tardamos en recuperarnos y salir de ahí, de esos estados mentales que nos hacen dudar de todo y nos roban la energía.
1.1 Fortaleza mental es volver a levantarse (las veces que hagan falta)
La capacidad de recuperar nuestra fortaleza mental, de recuperar el enfoque y la atención hacia los objetivos (y no sólo de prestar atención sobre dónde estamos, sino hacia dónde vamos), de volver a creer para recuperar la confianza en uno mismo y la ilusión es un factor clave.
Esa capacidad de aceptar nuestra propia vulnerabilidad, de volver a levantarse, de sacudirse el polvo y empezar de nuevo es el botón de on para dar la vuelta a la situación y recuperar un estado mental más fuerte y sano. De ese modo, nuestra mente no será nuestro enemigo, sino todo lo contrario: nuestro mejor aliado para creer en uno mismo.
Y, por cierto, no dejes de prestar atención al poder de las palabras. Tu lenguaje determina muchísimo la calidad de tu vida.
Así que te lanzo una pregunta: ¿hacia dónde vas?, ¿cuál es el objetivo en el que te tienes que centrar?
Fuente: Javier Iriondo (javieririondo.es)