Los futbolistas necesitan una preparación física especial para mantenerse en forma. Por otra parte, es imprescindible que tengan buena técnica a la hora de pegarle al balón y también que posean unos conocimientos tácticos para entender lo que quiere su entrenador. Pero, además de estas cualidades sabidas por todos, un jugador de fútbol debe tener o desarrollar una serie de virtudes mentales para triunfar en este deporte.
La mente del futbolista
No es casualidad que los equipos profesionales de fútbol incluyan cada vez más psicólogos y motivadores en sus cuerpos técnicos. El jugador es un personaje popular y admirado por los niños. Por ello debe mantener una imagen pública correcta. Y, además, está sometido a la presión de tener que ganar siempre. Por ello, necesita fortaleza mental. Y, a su vez, está se basa en una serie de cualidades que pueden entrenarse, al igual que las físicas. Sin embargo, debe contar con una personalidad proclive a ello. Hay muchos futbolistas de gran talento técnico que no han llegado a triunfar, justamente, por debilidad de carácter.
Rasgos fundamentales de la personalidad del jugador de fútbol
Junto a la citada fortaleza mental, el futbolista tiene que poseer un carácter igualmente fuerte. Significa esto que debe tener personalidad, tanto para saber sobreponerse a las adversidades del juego como para respetar a sus compañeros. Y además debe tener responsabilidad para ser imagen de su equipo ante aficionados y prensa. Otra virtud que debe poseer el jugador de fútbol es la disciplina. La perseverancia en el trabajo es fundamental para él. Por ejemplo, hay futbolistas que, cuando sufren una lesión, se vienen abajo. Sin embargo, los auténticos triunfadores en este deporte, se sobreponen a la adversidad y comienzan su recuperación para volver cuanto antes junto a sus compañeros. Muchas veces, se trata de una cuestión de actitud, otro rasgo esencial de la personalidad del buen futbolista. Los entrenadores buscan gente que siempre tenga una actitud positiva tanto dentro del campo a la hora de entrenarse o jugar como fuera de él en su vida diaria. Y esta virtud debe ir acompañado de la fiabilidad, es decir, de ser una persona en la que se puede confiar. Por ejemplo, a la hora de cumplir puntualmente compromisos como los entrenamientos o las ruedas de prensa.
Finalmente, pero igual de importante o aún más, otra cualidad fundamental en un futbolista es la capacidad de liderazgo. Todo equipo, ya sea deportivo o de trabajo, necesita un líder que se preocupe de guiar y ayudar a los más jóvenes o débiles de carácter. Es la persona que motiva a los demás y les apoya cuando tienen un problema, pero también la que les exige lucha y esfuerzo. Jugadores con todas estas cualidades hacen a un equipo ganador. Y, ahora que vuelve la Champions, si cree distinguir al conjunto que presenta estas virtudes, apueste aquí.
En conclusión, para llegar a ser un gran futbolista no basta con tener buena técnica y estar en óptima forma física. También es necesario contar con la adecuada personalidad.